Manu debuta en la selección mayor a los 21 años. Fue en el mundial de 1998 en Grecia, su primer encuentro lo jugó ante Nigeria en una victoria por 68-51, en un partido por la segunda fecha. El zurdo número 5 del Seleccionado consiguió aquel 30 de julio en su primera planilla 7 puntos (2-3 dobles, 1-3 en triples) en 15 minutos. Al cabo de ese certamen, en donde la Argentina se clasificó octava, Ginóbili actuó en 6 de los 9 cotejos y promedió 7,8 puntos y 1,7 rebotes.
Indianapolis 2002, el comienzo de una Generación Dorada. El camino comenzaba frente a un vecino sudamericano: Venezuela. Una victoria amplia y contundente, donde Argentina mostró grandes cualidades defensivas y en donde la transición de la pelota fueron factores claves para derrotar a Venezuela por 107 a 72. Manu terminó con 19 puntos siendo la figura del encuentro.
Su siguiente rival era Rusia: un equipo que tenía una gran historia y al que Argentina nunca había derrotado en torneos oficiales. Argentina, dirigida por Ruben Magnano, siempre estuvo al frente en el marcador llegando a sacar 30 puntos de ventaja. El partido concluyó 100 a 81, siendo Hugo Sconocchini la figura con 26 puntos.
El tercer encuentro fue contra Nueva Zelanda. Una victoria sin grandes complicaciones por 112 a 85. Manu fue clave en el partido realizando 24 puntos para el equipo.
Argentina llegaba a segunda fase con puntaje perfecto, siendo un equipo muy solido en defensa y en ataque, ademas de demostrar un hambre por la victoria que en los momentos en los que la pelota quema, se volvería clave para sacar cualquier partido adelante.
El primer partido de la selección en la segunda fase fue contra la poderosa China de Yao Ming, Menk Bateer y Wang Zhizhi, un gran candidato a llegar a estancias decisivas en la competencia. A pesar de todo el poderío que poseian los chinos, sobre todo en el juego interior, Argentina logró imponerse 95 a 71.
El mundo de la naranja comenzaba a mirar con respeto al conjunto albiceleste, con Ginóbili como eje en un juego de alto nivel, un equipo que estaba a la altura y una gran muestra de labor al momento de jugar cada partido.
El quinto juego fue ante la dura Alemania: Dirk Nowitzki era su principal estrella y goleador, ademas de su poderoso juego interior con Shawn Bradley de 2,28 de estatura y Patrick Femmerling de 2,17. El tramite del juego fue reñido, ningún equipo logro sacarse una ventaba considerable. La gran estrella de Alemania, Dirk Nowitzki, sucumbió ante la gran labor defensiva del colorado Ruben Wolkowyski que hizo que terminara con un espantoso 3 de 17 en tiros de campo. Gracias a esto y al gran labor del equipo, Argentina venceria a Alemania 87 a 77 para enfrentarse al invencible, o por lo menos eso se creía, "Dream Team".
4 de septiembre. Argentina VS Estados Unidos. Un equipo que se encontraba sin conocer la derrota durante 58 partidos, despues de tanto tiempo, caería frente al conjunto albiceleste. Defensa perfecta, juego en conjunto, asistencias de Oberto, triples de Delfino, corridas de Herrmann, los huevos del chapu Nocioni, la inteligencia de Luis Scola y el enorme talento de Ginóbili hicieron que Argentina logre lo impensable, derrotar al Dream Team. 87 a 80 fue el resultado a favor de los de Magnano y con Manu siendo la figura estelar, hicoeron que el conjunto estadounidense dirigido por George Kart queden sorprendidos por el muchacho que utilizaba la camiseta número 5.
En cuartos se el rival fue el conocido Brasil. un 87 a 76 bastó para imponerse y sacar los pasajes hacia la semifinal.
Ya en las semifinales, el rival volvió a ser Alemania. Una rápida lesion en el tobillo derecho de Ginóbili durante el partido, hicieron que Argentina pensara que con su máxima estrella no pudiera ayudar a concretar el sueño de llegar a la final, sin embargo, el equipo mostró que no dependía de un solo jugador y logró lo que todos ansiaban. Oberto fue la estrella del juego, con 28 puntos y una lucha épica ante los pívot alemanes, le dieron el pasaje a Argentina a la final tras ganar 88 a 80.
El 8 de septiembre Argentina se vería las caras con la poderosa Yugoslavia, que ademas de contar con el histórico Vlade Divac y el gran juego de Dejan Bodiroga, tambien contaba con un gran poder dirigencial que influiria en el resultado. Un juego muy parejo para ambos lados. Manu tenía un deseó enorme de jugar, pero lamentablemente el estado de su tobillo no se lo permitió y tuvo que ver el juego desde el banco de suplente a pesar de sus enormes ganas de saltar a la cancha. El tiempo regular termino sin ninguna diferencia, por lo tanto fue necesario ir al suplementario. Aquí quedaría demostrada la negligencia arbitral y el poder de dirigencial de Yugoslavia. Durante el minuto final, Argentina tuvo claras chances de empatar el encuentro, pero ninguno de los dos arbitros, el griego Nikolaos Pitsilkas y el dominicano Reynaldo Mercedes vieron dos faltas clarisimas: una de Divac a Luis Scola y la siguiente debajo del poste de Marko Jaric a Hugo Sconocchini, haciendo que las posibilidades de Argentina se esfumaran. Yugoslavia se consagró campeón por 84 a 77. Argentina quedó muy dolida luego de esta final, pero en el futuro tuvo su revancha.
Manu estuvo en el quintento ideal del mundial promediando 14,1 puntos; 3,5 asistencias; 2,4 rebotes y 2,1 recuperos.
Juegos Olimpicos de Atenas 2004. Esa inigualable generación de talentos ya había dado un aviso serio en el Mundial de Indianápolis, dos años antes. En Atenas, cuna del olimpismo, llegaría la consagración extraordinaria e inolvidable.
La preparación del conjunto albiceleste no fue la mejor, sumando más dudas que certezas."La verdad?" No nos hallábamos como equipo y se notaba cierto fastidio" contaba Fabricio Oberto, años posteriores a la competencia. "Pero en un momento hicimos un click, nos dijimos algunas cosas y la situación cambió" agregó Oberto.
El debut del quinteto dirigido por Magnano no fue sencillo. Se enfrentaba a la base del campeón mundial vigente, solamente que ahora se denominaban Serbia y Montenegro. El partido fue palo y palo, definiendose recién en el último cuarto con la icónica palomita de Manu Ginóbili, definiendo así el encuentro 83 a 82 y despejando fantasmas del pasado que empezaban a acechar al conjunto.
En el segundo encuentro llegó el turno de España, seguramente la sombra negra de esta Generación Dorada. La victoria quedaría para los de rojo 76 a 87. Pero lejos de bajar los brazos, los muchachos conducidos por Magnano retomaron fuerza y aseguraron la clasificación con dos triunfos que empezaban a darle paso a una ilusión mayor. La primera víctima fue China, aplastada por un contundente 82-57, y luego le llegó la hora a Nueva Zelanda, aunque en ese caso por una diferencia mucho más ajustada, 98 a 94. El último partido del grupo, con el equipo ya en cuartos, fue caida frente a Italia 75 a 76.
Llegó la hora de la verdad. Ganar y seguir hacia el sueño o perder y armar las valijas para pegar la vuelta. Allí Argentina sacó a relucir el fuego sagrado en plenitud y todo se fue encaminando hacia esa inolvidable coronación final con el oro colgando de los cuellos.
El cruce de cuartos fue un partido durismo frente al local, Grecia. Fue un partido muy parejo, pero el conjunto Argentino pudo conseguir una ligera ventaba en el último cuarto gracias a la gran actuación de Walter Herrmann y terminó imponendose 69 a 64.
LLegaban las semifinales y otra vez Argentina se cruzaba con Estados Unidos. El Dream Team tenía grandes jovenes que en años próximos se convertirian en grandes estrellas, uno de ellos era LeBron James y el otro Carmelo Anthony, pero a pesar de esto les faltaba el "hambre de gloria" que el equipo argentino poseía. Argentina llevó la delantera casi todo el encuentro y al termino del primer tiempo ganaba por 42 a 33. A pesar del intento de recuperarse por parte de los dirigidos por Larry Brown, el equipo albiceleste pudo controlar el intento de remontada y logró uno de los triunfos más importantos de la historia 89 a 81 para acceder a la final de los JJ.OO.
En frente se encontraba Italia, rival con el que la selección habia caido en la fase clasificatoria. Argentina implementó constantemente cambios en su sistema defensivo. Primero saltó con una marca hombre a hombre y luego varió a defensa zonal. Las modificaciones se realizaron a lo largo del encuentro y tanto cambio complicó las aspiraciones europeas que no supieron descifrar el esquema. En base a una potente defensa, los subcampeones del mundo partieron en ventaja al inicio del juego. Italia estuvo 2m30 sin anotar y penó con un pobre 1/8 en tiros de campo. Apresurado, Massimo Bulleri en el armado de juego y un errático Gianluca Basile, Italia se vio abajo 9-5 a los 5 minutos. Luis Scola tomó protagonismo en la pintura. El interno, que mareó y cargó de faltas a sus marcadores, se las ingenió para recibir y anotar cerca de los canastos. “Luisito” aportó 10 puntos en el primer parcial; mientras que Emanuel Ginóbili complicó con sus cortes al canasto y Rubén Wolkowyski comenzó a atacar el aro como no lo había hecho en otras oportunidades. Dentro de estos parámetros Italia sufrió y mucho. Los europeos no tuvieron control de las acciones y vieron como Argentina se distanció por 7 (21-14). Los benditos triples de la escuadra de Carlo Recalcati aparecieron en las manos de Basile y los europeos recortaron el margen. El ingreso de Gianmarco Pozzecco modificó el trámite del encuentro. El base, como sucedió en el partido de primera ronda, comenzó a desestabilizar la defensa Argentina mediante cortes al aro. Los albicelestes se recuperaron y depositaron el balón en Ginóbili. El escolta atacó la defensa. Italia perdió balones continuamente y Argentina recuperó la ventaja para estirar a 12 (34-22). Matteo Soragna despertó de su siesta y con 5 puntos lideró un parcial de 8-1 que alentó el crecimiento de los europeos. Los bombazos de la escuadra azzurra surgieron efecto (6/13 en triples al primer tiempo) y Argentina sintió el golpe. Para peor, los tiros libres bailaban en el aro y le decían que no a la esperanza albiceleste. Pero en el cierre de la primera mitad apareció Montecchia y con una serena conducción y un interesante aporte en ofensiva (6 puntos), Argentina se mantuvo al frente y se fue en ventaja a los vestuarios (43-41). Italia regresó más firme y más efectiva en sus triples. Emparejó las acciones en 49 a los 21 minutos y pasó a ganar por 54-51 merced a que Soragna y en especial Roberto Rombaldoni complicaron con rompimientos. Magnano calmó los ánimos con un minuto y Argentina salió a matar o morir. Scola volvió a lastimar en la pintura con 9 puntos para llegar a 21 en su casillero personal, Wolkowyski contagió con garra y un cuarto fenomenal en defensa y en actitud de Andrés Nocioni posibilitaron el regreso al juego de los subcampeones del mundo. Argentina seleccionó mejor sus lanzamientos (8/11 en dobles en el tercer cuarto) pero no podía festejar desde 6m25 (0/8 a los 30 minutos). Italia, perdido en ataque, dejó de lado los rompimientos y abusó del triple sin buenos porcentajes (3/10 en el tercer capítulo). Con buenos movimientos de balón y con una defensa de lujo, Argentina llegó al cuarto decisivo con una ventaja de 6 (60-54). Italia esbozó una mejoría y recortó en el marcador, hasta que en el minuto 32 cayó el primer bombazo albiceleste para aportar aire. El triple calmó a Argentina que de todas formas estaba para más. Los europeos se desconcentraron y cometieron errores. Scola facturó dos libres de una falta técnica y en la reposición Wolkowyski hundió el balón con una volcada. Argentina se distanció por 9 unidades (68-59) a falta de 7 minutos y el sueño olímpico estaba cerca. Pero todavía faltaban más emociones. Otros dos triples de Montecchia y un jugadón de Scola llevaron la máxima a 13 (73-60) con solo 4m30 para la bocina final. Italia no daba más. Intentó una reacción que no fue posible porque Montecchia (11 puntos en el cuarto final) cerró el partido como un verdadero base de mil batallas. Scola, como sucedió ante Estados Unidos, volcó otra pelota para el delirio del banco. Argentina era Campeón Olímpico. El 84-69 que mostraba el marcador del Olympic Indoor Hall reflejaba la alegría de un equipo que se ganó el cielo. Créditos
"¡Esto es increíble! Lo que sentí esta noche no lo podré olvidar jamás y me gustaría poder explicarlo. Un minuto antes de que terminara el partido tenía la piel de gallina. Cuando me abracé con Pepe (Sánchez) y el Puma (Montecchia) tenía ganas de llorar. ¡Veía las caras de ellos y era peor! Después de la gran desilusión de Indianápolis, todas las sensaciones de ayer fueron más fuertes. Salió todo como lo deseábamos. En realidad, vinimos a buscar una medalla. No sabíamos de qué color. Había que ver cómo se presentaba el torneo y se nos fue dando, con un cruce favorable, con un gran partido ante los Estados Unidos y este gran trabajo frente a los italianos. Hoy nos costó mucho laburo ganar. Ellos no tendrán tanto talento, pero son un equipo fuerte, muy peligroso en las posiciones de base y escolta, y con grandes tiradores. Hubo que defender muy duro. La idea era que corriéramos mucho porque los pivotes son grandes y algo lentos. Creo que allí sacamos ventaja. Estoy feliz porque empecé con algunas dudas el torneo, venia de no hacer una buena preparación con el resto del equipo por el tema del casamiento y no estuve muy seguro. Pero a medida de que fueron transcurriendo los partidos tomé confianza, tuve mucho contacto con el balón, me empecé a sentir bien y me gustó. Tuve mucha participación ofensiva, pero también sin perder nunca el sentido colectivo y haciendo de todo para el equipo. La idea es producir algo positivo siempre. Hoy me preguntaba en qué momento sentí que ganábamos el partido. En realidad, a los 40 minutos. Era tantas la atención y las ganas de no equivocarnos que no quisimos suponer nada de antemano. Ni siquiera cuando sacamos 12 puntos cerca del final. Estábamos muy mentalizados para ganar. También me pidieron que comparara el anillo en la NBA que obtuve con los San Antonio Spurs en 2003 con la medalla olímpica. Es imposible. Son cosas muy distintas y muy grandes. Yo digo que conseguí dos cosas únicas. Me encantaría volver a Buenos Aires para seguir festejando con la gente y saber cómo vivieron allá esta medalla dorada, pero lamentablemente tengo compromisos que cumplir en Europa y no voy a regresar hasta mediados del mes próximo. Hubiese sido hermoso, me imagino, repetir lo del Mundial de Indianápolis en el aeropuerto de Ezeiza, todos juntos y festejando. Acá los festejos siguen, estamos todos enloquecidos. Lo que pasa es que en pocas horas todos empezaremos a tomar rumbos diferentes y queremos disfrutar las pocas horas que nos quedan. La verdad es que no sé cuándo nos volveremos a juntar los muchachos del seleccionado. Yo seguramente me tomaré un año porque necesito hacer una preparación especial y descansar un poco. Han sido más de dos años muy intensos y con poco descanso. Desde ya que me gustaría estar en otros Juegos Olímpicos, pero falta mucho para Pekín 2008. Nada se puede prever ahora. Además, quiero vivir esta fiesta que todavía parece un sueño. Es el sueño de mi vida." Testimonio de Manu luego de la obtención de la medalla.
La Selección Argentina se quedaría con el cuarto puesto tras caer con Estados Unidos 61 a 96. El conjunto albiceleste estuvo a un paso de clasificarse a la final, cuando el encuentro estaba 75 a 74 a favor de los gallegos, pero lamentablemente el Chapu Nocioni no pudo meter el tiro y Argentino terminó cayendo frente a España por la minima. Manu promedió 15,1 tantos 3.5 asistencias y 2,8 rebotes.
Ser abanderado en los JJ.OO no es poca cosa. Son pocas las personas que tienen el honor durante la presentación de su país en un Juego Olímpico. Manu tuvo el honor de llevar la bandera durante la ceremonia en Beijing 2008, sin dudas lo tenía más que merecido luego de su actuación en Atenas.
El inicio de la etapa de clasificación de grupos se le hizo cuesta arriba al equipo argentino porque perdió su primer partido contra Lituania.
Sin embargo, logró pasar a cuartos de final en segundo lugar gracias a una serie de continuos triunfos contra Australia (85-68), Croacia (77-53), Irán (97-82) y Rusia (91-79).
Enfrentar a Grecia tampoco fue sencillo. El partido fue tan cerrado que la Selección argentina recién consiguió pasar al frente del marcador en el tercer cuarto y ganó con sólo dos puntos de diferencia (80-78).
La Argentina no tuvo respiro en su arduo camino hacia el podio cuando le tocó enfrentarse a Estados Unidos en semifinales. El Dream Team estaba compuesto, entre otros, por Kobe Bryant y LeBron James. La Generación Dorada perdió 81-101, desvaneciéndose la ilusión de obtener la medalla de oro como cuatro años atrás. Además de esto, Manu se resintió de la lesión en el tobillo que venía arrastrando.
En busca de la medalla de bronce la Selección debió enfrentar nuevamente a Lituania, esta vez sin Emanuel Ginóbili (que durante el encuentro con Estados Unidos se resintió de una lesión en el tobillo) y con Andrés Nocioni seriamente lesionado. A pesar de estos inconvenientes (a los que se sumó que Luis Scola debió abandonar la cancha tras alcanzar las cinco faltas), los argentinos lograron controlar el partido y terminaron ganando por 87-75.
Así, aunque dos escalones más abajo que en el podio olímpico de Atenas 2004, Argentina celebró el bronce en Beijing 2008.